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FELDENKRAIS PARA MÚSICOS

Muchas escuelas de música, teatro, danza y movimiento en todo el mundo (Europa, Norteamérica, Australia, Israel) ya han incorporado clases regulares y talleres de Feldenkrais en su currículo, con notables resultados de rendimiento y de salud (prevención y mejora de dolencias y daños generados por los esfuerzos físicos intensivos y repetitivos relacionados con estas carreras).

 

Los músicos buscamos expresar emociones a través de la música. Pero es nuestro movimiento, al fin y al cabo, lo que produce la música. Necesitamos encontrar la manera de expresarnos plenamente sin generar tensiones excesivas. En el método Feldenkrais siempre se trata de encontrar opciones, de poder elegir. A través del trabajo conjunto de movimiento y atención encontramos el camino del medio, la mejor opción en cada momento, para estar completamente presente, para expresarnos plenamente, sin tensiones innecesarias y sin hacernos daño. Aprendemos a diferenciar la intensidad de la tensión. La búsqueda del menor esfuerzo y del camino con la menor resistencia nos ayuda a practicar nuestro instrumento de manera más consciente y eficiente, más segura y con mejor rendimiento. Al ejecutar movimientos poco comunes, que no acostumbramos a asociar con nuestra actividad musical, llamamos la atención y despertamos partes del cuerpo, conexiones funcionales y movimientos que en general no llegan al primer plano de nuestra consciencia.

 

Al reorganizar y optimizar funciones globales de movimiento (e.g. girar la cabeza o el tronco, sostenerse sentado o de pie, agacharse, levantar un brazo, respirar, etc.), que involucran el cuerpo entero, el alumno encuentra nuevas maneras de organizarse que se reflejan en todos los ámbitos de la vida, y muy claramente en su quehacer musical. No solo se optimiza el trabajo técnico, se evita tensiones, dolores y daños; también mejora la expresión musical, el sentido rítmico, la presencia escénica, y se alivia el miedo escénico.

 

Feldenkrais para músicos demuestra al alumno, a través de la experiencia directa, la conexión íntima entre su manera de usar el cuerpo y la música que crea; destaca la integración de cuerpo y mente; desarrolla la sabiduría del cuerpo que genera mejoras duraderas en todos los ámbitos de la vida. Los beneficios incluyen nuevas herramientas para la creación musical, más eficiencia y precisión en la práctica y la ejecución, distinción auditiva y emocional más fina, la prevención y la mejora de dolencias y daños causados por la actividad musical intensiva.

 

Trabajar con un grupo de músicos nos da la oportunidad de diseñar una serie de clases que apuntan directamente al movimiento particular del instrumentista, cantante o director, y que buscan mejorar la postura activa, la respiración, la conexión de la acción fina con la fuente de la fuerza que está en los músculos más grande: la pelvis, la espalda, el tronco. Se ofrecen clases relevantes en particular para el cantante y el instrumentista de vientos: respiración, apoyo, flexibilidad del pecho, abrir espacios de resonancia; para el instrumentista de cuerdas: posición de las manos, movimiento de dedos, optimizar la conexión entre el tronco y los brazos para no sobre-exigir los músculos y tendones de la mano; etc. Después de unas clases introductorias, se puede desarrollar clases con el instrumento para grupos homogéneos.

Ofrezco talleres intensivos o reuniones periódicas con grupos de músicos, orquestas etc., y clases individuales para instrumentistas, cantantes y directores.

 

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