Y cómo pueden funcionar…
Michael Landau
31/12/2022
Así me gustaría que funcione Persistent Growth.
Día tras día. Cada día del año. ¿Esto es realizable?
Te digo por qué creo que sí.
Aunque no quisiéramos, lo hacemos igual. Aunque pensemos que no tenga sentido, incluso si creemos que las resoluciones del año nuevo no sirven para nada, de todos modos miramos hacia atrás y miramos hacia adelante.
Es inevitable. El año termina, y es casi imposible ignorarlo. Un nuevo periodo va a empezar, y queremos que sea mejor que el anterior. Queremos nosotros ser mejores esta vez.
Necesitamos esas notas mentales que tomamos para diferenciar un día del otro, un mes del otro, un año del otro. Es parte de nuestra manera de darle sentido al mundo; es nuestra manera de crear nuestra realidad. ¿Es el 31 de diciembre distinto a cualquier otro día del año? ¿Y el 1º de enero? no lo son. Pero los hacemos distintos en nuestra mente colectiva.
Incluso sin querer tomamos esas notas mentales. Mirando hacia atrás, nos arrepentimos de algunas cosas; mirando hacia adelante, deseamos algunas cosas. Para esto inventamos las celebraciones: son notas mentales.
Entonces, este año quiero tener algunas prácticas de bienestar. Quiero cuidarme mejor. Ejercicio; meditación; leer un poco todos los días; acostarme más temprano… La lista es larga.
He creado Persistent Growth para mi. Así funciona: es una práctica diaria de autocuidado. Sí, diaria. Día tras día. También los fines de semana. También en los feriados. Incluso si no tengo ganas.
Bueno, si estoy enfermo puedo saltar unos días. Tampoco quiero ser fanático al respecto.
¿Y cómo se logra esto?
El detalle más importante que lo hace posible es el siguiente: es tan corta que me sentiría ridículo inventar excusas. Siempre puedo encontrar tres minutos para hacerla, y sería mentira si dijera que no tenía tiempo.
Y luego, debe ser suficientemente entretenida para no aburrirme y empezar a olvidarla porque me dará lata.
Tres minutos, ¿en serio? No vale la pena, dices, esto no sirve para nada…
¡Sí sirve! Y hay ciencia detrás que lo confirma. Obviamente, debería aplicar cierta sabiduría en lo que hago en esos tres minutos. Pero lo he intentado, y un grupo de personas lo ha hecho conmigo durante un año entero. Esta es mi conclusión:
Tres minutos es lo justo necesario para generar un pequeño cambio.
Algo cambia; algo sucede. Al final de los tres minutos sientes algo diferente. Al menos en la mayoría de los días. Ahí está la magia: Generas una mejora mínima, muy pequeña, pero la haces suceder repetidamente, todos los días, por siempre. ¡El crecimiento exponencial es espectacular! Esto toma su tiempo, claro. Pero bien luego te das cuenta de la mejora. Crece contigo y se hace notable y más notoria con cada día que pasa.
¿Cuál es, entonces, la sabiduría que le aplicamos? Movimiento consciente.
Te detienes. Bajas la velocidad. La bajas mucho. Te observas en movimiento, detalladamente. Haces movimientos lentos y pequeños. Exploras una cosa diferente cada día, de modo que la exploración no se hace aburrida y mecánica. mantienes el foco - y lo haces mejor cada día. Te das cuenta de pequeños detalles - y tu percepción se agudiza cada día. Cambias pequeñas cosas - y cada día sabes mejor cómo hacer estos cambios.
La mejora que notas se hace palpable, literalmente. Te mueves mejor; te sientes mejor física y anímicamente; ganas flexibilidad y eficacia; tienes menos dolor y tensión muscular. Se hace bien claro que estás cada vez mejor.
¿Suena interesante como una resolución del año nuevo?
¿Dedicarías tres minutos al día a tu bienestar?
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¿Te iteresaría una práctica diaria que es tan corta que la podrás sostener, pero también tan eficaz que no querrás dejarla?
Echa una mirada a Persistent Growth.
Esto puede ser lo que estabas buscando.
La membresía de Persistent Growth se lanza por primera vez en español con un precio piloto que no volverá a ser tan bajo.
Esta oferta es vigente solo los primeros días de enero. No lo pienses demasiado…